Los orígenes de la informática

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Cuando hablamos de informática nos vienen a la mente imágenes de programas de ordenador muy avanzados, pero lo cierto es que sus orígenes vienen de mucho más tiempo atrás del que se puede imaginar.

Hace más de cinco mil años se inventó en Babilonia un aparato que supone la base de todos los programas de ordenador, aunque no se tenga en cuenta esto como un ordenador propiamente dicho. Se trata del ábaco, una “máquina” que permitía realizar cálculos, algunas veces sumamente avanzados aunque para ello se use solamente un panel de cuentas sujetas con varillas.

La primera calculadora mecánica está datada en el siglo XVII, mientras que en el comienzo del siglo XIX se empezó a utilizar un sistema de tarjetas perforadas que actuaban como un sistema de comunicación con las primeras computadoras propiamente dichas.

Sin embargo no fue sino hasta la década de los años treinta del pasado siglo XX que se construyó la primera computadora, financiada con capital privado y que fue destruida durante un bombardeo en Berlín en la II Guerra Mundial, aunque posteriormente fue reconstruida por su creador. El aparato pesaba cerca de quinientos kilos y su velocidad era bastante elevada para la época, ya que era capaz de hacer una multiplicación en unos cinco segundos. La informática moderna empezaba a ver la luz.